Me atreví a decirte cada acción que cometería con alevosía,
le restabas importancia como si no fuera nada,
como un juego de la infancia
donde mi sinceridad era clara,
cada vez que te hablaba por ti suspiraba,
lejos del encuentro, soñar me quedaba,
como una droga cada vez que me respondías un subidón me daba,
estaba narcotizado por tu belleza cuando alejarme era lo que intentaba.
Regresando a por más cada,
cada día de la forma que fuera
aunque me castigara y lo supiera,
esa chispa que encendías en mi era que me excitabas,
con la cabeza alta me marcharé cuando sea el momento de cerrar la tapa.
Todo era plato de del cambio que se gestaba,
como una rana que ante el peligro salta,
como un gato que si no le dan de comer se marcha,
así me situaba buscando mi lugar y satisfacción al mismo tiempo cuando ninguna contenta se quedaba.
A veces el amor erra,
tal vez es que la separación buena no era,
y que al no tener contacto a fracasar destinado estaba.
Tal vez otra forma de llevarnos quedara
como las palabras que nos dijimos de que te me besabas y abrazabas.
