Soundcloud Kruzio Baal

sábado, 26 de noviembre de 2016

Hace ya casi un año

Hoy 26 de Noviembre, casi ya, falleció mi última Gran Madre, mi Abuela Josefina. Recuerdo cada día como si fuera este año.

Estuve acompañado por una persona que ha sido muy importante para mi y a la cual le deseo todo el cariño del mundo. Mientras tenía a esas personas a ambos lados, me sentía muy agraciado por tener dadas las manos de ambas personas y por el mimo que recibía a sus maneras.

El día 28 se me partió el alma a la noche a la hora de acostarnos, porque supe que no iba a pasar más de 24h sin que mi Abuela siguiera conmigo, una persona que me ha dado todo lo posible, que me ha criado, cuidado y mimado en varias ocasiones, que me ha dado su Amor. Se me hace muy difícil escribir sin llorar, y pasar cada día solo acordándome de las veces que tomábamos la siesta juntos dados la mano y como la peinaba y le contaba cosas de mi vida y como me escuchaba en la medida de lo posible.

No pasa un solo momento que no me acuerde ella, de mis abuelas y de lo mucho que las echo en falta; de la risa, la regañina, el abrazo, el plato...

Aunque tenga ayuda, se hace muy duro seguir hacia adelante cuando he vivido 23 años con ella.
No sé como acabar esta entrada, tal vez haciendo lo que me enseñaron que es hacer siempre lo correcto y decir siempre la verdad.

Gracias Pepa, y gracias Abu.
16-10-2008 y 29-11-2015

Os quiero.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Viajando por un sofá

Puede que no llegue a tener la memoria que tenéis ni a tener los títulos universitarios que tenéis vosotros, puede no viaje en varios años fuera de España como la gran mayoría a la que le pagan sus viajes y estudios, puede que jamás llegue a hacer grades logros o tener un trabajo decente, puede que no tenga un grupo de amigos y puede que nadie me ame.

De lo único que me da rabia es no poder viajar, porque el resto prefiero poco con calidad que zarandajas en abundancia. Estoy contento caminando en un cuarto en el que me siento en paz espiritual aunque algo tenso por las carencias que ello conlleva, pero nadie puede decir que jamás fui dependiente de una sustancia, de una chica, del juego, de la villanía ni de la venganza. Nadie puede decir que no lo amé por quién y cómo era y que me seguiré sintiendo orgulloso por sus logros honorables.

Puede que haya entendido el mundo y sus leyes no escritas y por eso puede que me mantenga en una paralela que todavía no sé a dónde va porque nadie ha viajado por un sofá.