Marché un Martes con un amigo hacia Madrid, allí teníamos entradas gratuitas para ver la película de Ted.
Mi amigo, quien había conseguido las entradas, invitó a una amiga de él que nos haría de guía turística por Madrid (bueno, por su barrio y alrededores). La llegada fue sofocante, la parada de autobús una sartén subterranea, cuando vimos las líneas de metro, nos quedamos sin huevos. No sabíamos que línea teníamos que tomar, al fnal preguntando llegamos a nuestro segundo destino, el Hotel.
El primer día dimos muchísimas vueltas cambiando de línea, su amiga, una amiga de ella, mi amigo y yo. Tras pasar una tarde en el parque, fuimos al preestreno, la verdad genial, tanto los organizadores como la película y las compañías (había venido gente de todas las comunidades autónomas).
A la noche salimos los 4 a un chiringuito en el que mi amigo pidió lo más fuerte, le pusieron una bebida llamada La Muerte Verde, su amiga, le dijo que bebiera un buen trago, el resultado fue que se emborrachó en 5 minutos y se bebió la cuarta parte. Nos enseñaron el Pinar y nos contaron que por allí el resto del año era donde se iba la gente de botellón, etc.
El segundo día ya rebentados, anduvimos por nuestra cuenta por la mañana y comimos en el Centro Comercial El Palacio de Hielo, tengo que decir que allí las chicas van en mini shorts (en Madrid) y aunque no hubiera muchas (porque la mayoría de gente estaba en sus pueblos etc) la vista gozaba mucho y se notaba una actitud diferente de las chicas de Bilbao, cosa que me gustó bastate. Este mismo día conocimos a los amigos del grupo de nuestra guía, unos chicos como otros cualquiera, pero siendo legales y amables con nosotros, eso nos agradó muchísimo, uno de ellos nos invitó a su casa a jugar a la videoconsola, haciendo un mini torneo, después otro nos guió hasta una de las bocas de metro para que pudieramos volver seguros hasta el hotel.
El último día completo, el Jueves, la tarde la pasamos en le primer parque que nos mostró el Martes, jugamos unas partidas a cartas y más tarde, cerca de las 7pm uno de los chicos nos hizo de turista y nos llevo a las Torres inclinadas y algún otros lugar de interés. He de decir que las noches de hotel las omito, porque casi siempre comentabamos sobre las chicas que veíamos, el buen trato en los restaurantes que recibimos y su buena comida, de la mala calidad del agua del grifo, de que no se veían nubes por la contaminacón, del gran calor a todas horas (excepto de 6 a 9 de la mañana), lo caro que estaba casi todo (excepto las comidas y cenas), muy buenas vistas, sabíamos disfrutar de todo lo positivo y valorar aquello que teníamos en donde vivimos.
Apenas pudimos hacer nada, pero esta escapadita estuvo genial (bueno las llamadas de algunas personas sobraron, siempre alguien trata de arruinar la felicidad de uno) Pero no lo consiguió, nos lo pasamos a gusto y al menos yo, quiero repetir experiencia, pero con más tiempo y más dinero.
Ahora comprendo lo que decían sobre la capital, es única, dejo un hueco en mi corazón y allí un poco de cariño.
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