Mi ------------- resultó ser un espejismo,
aquellos abrazos no eran más que niebla,
sus palabras igual que las del resto
lluvia ácida camuflada con mucho azúcar en el te
con el cual probar y llegar a límites en los que,
cualquier otro hubiera querido más y dicho adiós,
así me siento, como si nada de lo dicho y hecho
sirviera para nada, no merece la pena.
Dicen que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer,
no vaya a ser que la desilusión llegue, llegó.
Pues en estos senderos llenos de vida a abrir
mi corazón me negué, después de miedos
puse la llave y accedí una vez más a hacer el idiota.
A que quien quería saber de mi
un muro de cemento me construyera en cuestión
de horas. Siento la hipocresía de sus palabras
con sus actos tan cerca como el reaislamiento
de mi corazón en este sendero lleno de fuegos fatuos
que con sentimientos juegan. Me siento el carcelero
que acaba igual de encerrado que de quienes vela.
Un caminante sin camino que caminar en compañía
se detiene a soñar y así pasan los días
hasta que en un momento para el reloj y todo acaba.
Todo tiene un final y todo final tiene un nuevo comienzo
donde tal vez haya algo/alguien que echar en falta.
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