Recuerdo
casi cada Beso que he dado, los importantes al menos, aquellos que fueron la
primera vez, los que se dedicaban por un momento romántico, por pasión, por
miedo…
He
de mencionar que la laegría que sentí no la puedo cmparar a la de ahora, creo
que porque no hay magia, no hay motivación, no hay interés personal. El lugar,
las palabras, la compañía adecuada, el momento. No repetiría ninguno, aunque si
que me quedo con unos cuantos, que fueron muy-muy buenos.
Ojalá
se dieran más besos de aquellos y menos de los que se dan ahora por dar, por
pasar el rato, por cobardía hacia los propios sentimientos.
Que
buenos eran y mejor todavía compartirlos.
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