Quisiera tenerte cerca y tan lejos,
no puedo mirarte a la cara ni a través del espejo,
pero si en la oscuridad porque eres mi fuego,
esa luz que me abandona y de la que tanto reniego.
Marchas como el viento y pesas como el pasado tiempo
que una vez se fue, al recordarlo dolió como un clavo de hielo
cada vez que te miro el reloj va lento,
mas deprisa corren los sentimientos.
Sin saber donde pueden resguardarse calenturientos
el frío miedo los aniquila como se enciende la llama de un mechero,
eres todo aquello que día tras día quiero
y a lo que nunca podré querer porque protejo el Templo.
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