Soundcloud Kruzio Baal

domingo, 9 de febrero de 2014

El Beneficio de unos es Perjuicio de otros.

          El ateniense Demades condenó a un hombre de su ciudad, cuyo oficio era vender las cosas necesarias para los entierros, so pretexto de que su comercio quería sacar demasiado provecho y de que tal beneficio no podía alcanzarlo sin la muerte de muchas gentes. Esta sentencia me parece desacertada, tanto más cuanto que ningún provecho ni ventaja se alcanza sin el prejuicio de los demás; según aquel dictamen habría que condenar, como legítimas, toda suerte de ganancias.

          El comerciante no logra las suyas sino merced a los desórdenes de la juventud; el labrador se aprovecha de la carestía de los trigos; el arquitecto, de la ruina de las construcciones; los auxiliares de la justicia, de los procesos y querellas que constantemente tienen lugar entre los hombres; el propio honor y la práctica de los ministros de la religión débese a nuestra muerte y a nuestros vicios; a ningún médico le es grata si quiera la salud de sus propios amigos, dice el autor cómico griego, ni a ningún soldado el sosiego de su ciudad, y así sucesivamente. Más aún puede añadirse: examínese cada uno den lo más recóndito de su espíritu y hallará que nuestros más íntimos deseos, en su mayor número, nacen y se alimentan a costa de nuestros semejantes. Todo lo cual considerado, me convence de que la naturaleza no se contradice en este punto en su marcha general, pues los naturalistas aseguran que el nacimiento, la nutrición y la multiplicación de cada cosa tiene su origen en la corrupción y acabamiento de otra:


Nam quodocumque suis mutatum finibus exit
Continuo hoc mors est illius, quod fuit ante.
[No puede un cuerpo transmutar s esencia
sin que deje de ser lo que era antes:
LUCRECIO 1, 670-671].

 (extracto de Montaigne de su obra: Ensayos)



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