-Pero está bien así, ¿no?
Un espejo que veía su propio reflejo, donde era más de lo que veía, pero no menos de lo que estaba.
Sumergido en sus pensamientos mientras las personas se reflejaban, llegó a la conclusión de que estaba cansado de que le hablaran y no poder responder nada, de no poder abrazar a quien se pusiera delante, de no saludar o poder despedirse, estaba cansado de solo dar el reflejo de otras personas y de la nimia relación que llevaba con las personas, entornos, animales...
-Esta relación no nos lleva a ningún lado, puede que tú estés satisfecha como persona de utilizarme para tus necesidades, pero ¿qué hay de las mías? Abrillantarme, cuidar de no rayarme... ya claro, como si fuera suficiente, aunque sea un cristal para ti, soy mucho más de para lo que me usas. Parece mentira con la música que escuchas que no me valores y llores por otros mierdas los cuales solo quieren poseerte, mientras yo, aquí estático estoy siempre para velar por ti, pero un día me romperé, o desapareceré...
Sus palabras cayeron en silencio, pues al ser un espejo no podía comunicarse con sus pensamientos, aquellas personas por las que fue pasando no trataron de valorar al espejo como se merecía, hasta que un día, rompió a "llorar", se hizo tantos añicos que no pudo se reparado, pero éste espejo no fue el único, otros miles antes y después de éste han hecho lo mismo y seguirán haciéndolo hasta que no sean queridos como se merecen.
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