Mirando a una ventana se pasa el tiempo pensando en el amor, en la amistad, en el desahogo de romper con todo pero viviendo en el mismo sitio, en ese mismo sitio donde no hay hueco para alguien como él, donde quienes sonríen a veces es por máscara, otras por estupefacientes, otras... de verdadera alegría que atesoran.
Mirando una ventana, le dan ganas de saltar y dejar de mirar más nada.
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