La realidad decidida.

Esa situación en la que llevas tanto tiempo vagando por la oscuridad y encuentras una luz, una luz que llena de calor y derrite ese muro gélido; un oasis, un oasis donde poder refugiarte después de tanta caminata en un desierto implacable.

Ese lugar, esa luz que tanto hacía falta resulta no ser más lejos que un espejismo, una luz tenue... tal vez se ha visto lo que se quería con la mínima proporción de lo que transmitía y, es que duele mucho más perder aquello que no se ha tenido. 

Algunos nos refugiamos en la dolorosa soledad, porque quienes supuestamente nos quieren bien nunca aprovechan su oportunidad.