El instinto es algo básico,
pero más básico es aprender y dominarlo.
Entrando en un edificio
desconocido en el que, solo sabes de 4 personas, no incita mucho… Aunque, por otra parte, la
mente se agiliza para buscar respuestas. Entrada la media luna, las dos
personas que se complementan huyen hacia el baño, para ayudarse claro está…
Ella, vestida con unas zapatillas negras, calcetines
bicolores a tono oscuro, un pantalón negruzco, culote grisáceo, sujetador
emparejado, camiseta blanca ceñida a su esbelta figura…
Se ven, se miran, se escanean, en un baño donde la ducha se
ilumina como si Dios quisiera que entrasen. Él arremete con sus brazos
protegiéndola, pero arrastrándola hacia dentro con besos y caricias; ella, lo
corresponde poniendo su brazo derecho en la espalda de él y el izquierdo sobre
su cuello. Él joven utiliza su brazo izquierdo introduciéndolo por su camiseta
y soplando su espalda con el tacto, mientras que, con el derecho desde la
cadera sube hasta el hombro de ella cada vez con un ritmo más fluido y continuo.
Cada beso se produce con más rapidez, pero más exquisitos, jugando con la
lengua como en una batalla girando y rotando los ejes centrales para poder
alcanzar más terreno labial, en dicho instante, él acentúa su mano izquierda sobre
el pantalón de ella, apretando con insistencia y ella se desengancha de él,
para poder tomar aire y vuelve a enlazarse en el bucle, su mano recorre la
totalidad de la cintura, buscando el picaporte que abra… en ese momento la
palma derecha de ella se desliza hacia la abertura de la camiseta de él,
tirando hacia arriba para quitarla y en volandas se posa sobre el suelo.
Como
si de un masajista se tratara el desliza su tacto sobre ella de forma que la
camiseta de ella desaparece, entrando en calor y teniendo el labio de él
afincado entre sus dientes ella pasea sus dedos sobre el torso de él. Caldeado
el ambiente, el chico, la gira poniéndola contra la pared de la ducha y
exponiendo sus manos hacia delante, él la abraza, la susurra y ella vuelve a
cerrar los ojos, se ladea el cabello para que pueda pasear sus labios por su
cuello, el a besos y marcando el camino con la lengua .
La chica aprieta los brazos de él, en señal de que acepta el
cambio, pero su mirada no acepta que no llegue a morder. Los brazos suben hacia
el pecho de ella con tranquilidad y con la misma prisa no llega a tocar,
haciendo que ella doble sus rodillas, la respiración se agiliza en señal de
querer llegar a más. Él desliza su cabeza hacia el interior de ella, primero
por el cuello, dejando una estela tras de si hasta el hombro, después se dirige
al pecho palpando con sus labios en besos cortos, pero carnosos y sus palmas se
acercan al mismo lugar, con la cadera, la prieta entre él y la pared, ella de
mientras, va retirando el cinturón de su compañero; con cada pierna va
bajándole la coraza que a él le queda, juntan más sus cuerpos tocando con las
piernas los muslos.
Él la pregunta si desea que termine de tocar y ella responde
afirmativamente, con un dedo estira del sujetador hacia arriba, las pulsaciones
siguen en alza, la respiración mueve mas el tórax de ambos, ella va notando
como las yemas de los dedos de él van palpando sus senos y como van ascendiendo
recubriendo poco a poco todo. Se siguen besando estirando y chocando como elementos
naturales, no surgen palabras, solo se oye la respiración… juega un poco y ella
recoloca las manso de él con las suyas, moviendo a otro compás, el la muerde el
labio inferior y él baja una de sus manos entre las piernas de ella por detrás
mientras que con la otra la abraza por la cintura, ella continua el juego,
siguen besándose. El joven va acariciando la pierna derecha de ella, subiendo y
bajando, la chica con un ademán coloca la mano de su compañero entre sus
piernas obligándole a cubrirla entera apretando con fuerza…
escrito en 2009
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